Dos cero cero, un punto mas ariiba de lo que no me gusta ver en la calle, corra porque o si no le montan un fusil en la espalda, corra o si no le prometen muchas cosas que nadie se cree, tres puntos mas adelante, una calle y unos tombos con bolillos y gorritas, me da mucho que pensar tener que seguir caminando, tomar café, caminar, el parque, las tres y media, un tombo, otro tombo, planillas, me da mas que pensar ver como se van bajando de esos carros, carrotes donde cabe mucho plástico, mucha ropa, celulares, información codificada solo en los escasos centímetros cuadrados de ese carro, información que saldría desnuda a pelear contra la verdad de las aceras, la verdad del megáfono sin voz que exige compasión, mi verdad que no conoce de sonidos extraños, de aceras limpias o verdades completas.
Y asi seguimos todos caminando por la misma causa, la misma causa individual, claro está, solo conozco mi bolsillo roto y a pesar de eso quiero abarcar el mundo abriendo los brazos, corriendo a llegar antes que el q va a mi lado, un poco mas tonto, mas elocuente, infraumano, de corazón amorfo y figura antropoide. Lo vemos pasar con calma, con oídos afinados para entender el chirrido de sus rodillas, el quebrar de sus huesos que cargan el silencio en el medio, como escuchar el silencio?, como lograr la calma, sin cargar la muerte encima?, solo pegamos la oreja, atrás de lo que no conocemos todavía, queremos abrirla y ver el mundo cegandonos de brillo...
Ushhh ...
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