lunes, 25 de abril de 2011

epifanias

Y gastamos tanto amor los primeros días, que al cabo de unos meses nos retorcíamos el pecho, donde ya no quedaba ni siquiera entendimiento.
Bajábamos del centro a tu casa por una calle curva que llevaba hasta la cuadra de las flores. La ciudad se alumbraba por las luces de navidad que tanto me molestaban y velitas que los niños prendían sobre andenes que mañana tendrían que ser limpiados con cuchillos viejos.
Eso, esa noche no me molesto, me asombre de estar caminando a tu lado, con tanta noche, con tantas luces, con tantas velas que se apagaban y tanta soledad conjunta. Éramos dos sombras caminando juntas arrastrando todas nuestras añoranzas, la música que ya no estaba de moda, los libros que aun teníamos por leer y los labios que esa noche no debíamos besar.
Llegando por la calle más obscura, a dos cuadras de tu casa, frenamos en una tienda, reuní las monedas que quedaban en mi bolsillo más cercano y  construí una torre de ilusiones, tomaste mi mano y salimos al parque, el ritmo de la conversación fue tan fuerte que empezaste a bailar en medio del pavimento, sacudías tu vestido que se infiltraba entre la noche y las monedas que aun no terminaban de salir de mi bolsillo. Tal vez duramos mese bailando retorciéndonos y creyendo que el instante duraría siempre tal vez abusamos tanto del pavimento que la ciudad nos castigo, nos abandono como ratas, y yo corría casi sin ver, con auriculares para no escucharte mentir. Corría para llegar al otro lado antes que la noche arreciera, que la oscuridad se me metiera adentro y tú terminaras de apagar todas las velitas – la gente es feliz prendiéndolas- decías mientras yo solo esperaba que aparecieras ahí en frete mío y quitándome de un bofetón los auriculares me dijeras- stop, niño, su casa queda para el otro lado, debe tomar un bus en la avenida central y morir en medio de la espera y ahogarse contra la ventana que no abre- mientras yo veía como la noche, las velas y la torre de ilusiones se me metía por los ojos hasta que estos se cerraron en la espera 

lunes, 18 de abril de 2011

En el borde


Escribo sobre mi cama, “Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida” que irónico seria pensar esto después de sentarse en el borde de la cama y ver que la muerte nació conmigo. Que la noche morirá en minutos y el mundo ahora se sentó en el borde de el colchón grande, embardunado de sandeces que descienden por mis sienes en sudor, el olor a mundo agreste  nos alejaría de él, nos encerrare entre círculos que nadie entiende, solo subimos alucinamos pensamos y creamos mundos, letras y canciones, recordamos que algún día  fuimos víctimas de el estupor, nos alineábamos con las estrellas y en el mas arrinconado de los parques bebíamos hasta enloquecer y alucinábamos de nuevo y bajábamos y creábamos, canciones mundos, instantes. Éramos arrogantes, estúpidos presos del cinismo, de las sensaciones y situaciones, acariciábamos la esfera como quien encuentra el mar tras las montañas que siempre vio. Como el humo que encuentra cabida en mis hojas y escribe poesía, canta a los muertos y escupe en los vivos. Muere en las tardes, muere conmigo 

sábado, 16 de abril de 2011

Entre tú y yo

La calle se exploto toda todita y con un conjuro amamanto lo que esta noche llorara, y muchos nos juzgaran por idiotas por carenalgas, por procurar hervir el amor en un caldo y tragárnoslo a cucharadas como comiendo arroz, por esperar que el mundo se amable o que alguien escuche los gritos que le propinamos en las orejas largas y colgantes, fuertes y brillantes, y la noches es linda y la noche es clara y tu rostro empuja, y me estruja, me divierte ver caerte entre el barro
Ver ahogarte entre tu vomito sería tan apropiado como caminar descalzo sobre el cielo atrancado de estrellas y que me digan q es severo parche, acostarse en la mitad de la cancha y besar el viento, caminar como si no quisieras seguir caminando
Es tan absurdo como pensar que mañana me iré y tú reirás,  cortaras el cielo en pedacitos y lo tragaras, lo morderás y sangrara. El cielo de su sangre de fuego que es hoy mi mente arbitraria, divagando entre amarte como un loco o dejarte como un cuerdo. Esta mañana me dijeron que me faltaba “lógica humana” y me parece que es verdad  me falta estupidez y me sobra atolondramiento, me falta constancia y me sobra dejadez, me falta el aire y me sobra el amor.
Amor es lo que a mí me sobra y a vos te falta, te cambio amor por alivio y convicción por ausencias, lárgate y te amare de cerca, pero si te quedas  conmigo, quédate porque entre la calle y la puerta el universo entero se encierra.